Muchas personas cometen el error de no distinguir estas dos variedades de vino (con elaboraciones muy distintas) porque asocian vino tempranillo a un vino joven de reciente elaboración, pero nada más lejos de la realidad. Tempranillo es el nombre del tipo de uva que se utiliza para su producción.
Vino tempranillo
El motivo por el que recibe ese nombre no es más que el hecho de que su maduración se produce mucho antes que la del resto de uvas, por lo que su vendimia ocurre con antelación a las demás, de ahí la connotación de “tempranillo”.
Su producción en España tiene lugar en las zonas “frías” del país, ya que su vid no se adapta bien al tórrido calor de los veranos del sur peninsular. De ahí que se notifique su presencia en áreas como la Ribera del Duero, Navarra y el Panadés. Es la base de los grandes vinos de la Rioja, Ribera del Duero y Toro, donde también se la conoce con el nombre de “Tinta Fina”, “Cencibel” o “Tinta de Toro”, entre otras.
La variedad de uva tempranillo es muy versátil ya que presenta una intensidad media y una piel gruesa, que la hace apta tanto para la elaboración de vinos afrutados como intensos, mediante una extracción de taninos fuertes y posterior crianza en barrica.
De igual modo, no presentan las mismas características las uvas de esta especie cultivadas en la Rioja que aquellas que han madurado en la región de Toro, por ejemplo. No obstante suele mostrar aromas a frutas rojas y fruta madura, complementados con la vainilla y canela de las barrica.
Si esto es un tempranillo, entonces un vino joven es…
Un vino que no ha tenido un proceso de envejecimiento o crianza, y que se consume por tanto ese mismo año o como máximo los dos siguientes a su elaboración. Tienen poca maceración entre el hollejo (restos de semillas, pulpa y tallos de la fruta tras su prensado) y el mosto, con temperaturas de fermentación que no superen los 25 grados centígrados.
Debido a este proceso de elaboración tan corto, los vinos jóvenes son los más afrutados por excelencia, mostrando en mayor medida las particularidades y bondades del tipo de uva por el que estén compuestos. Pero lo interesante, es que las características de estos vinos no sólo están relacionadas con una manera de producción, sino también con el proceso de selección de la uva.
Es un error pensar que los vinos jóvenes son de una calidad inferior a los más envejecidos o madurados en barrica. Nada más lejos de la realidad; todo dependerá del paladar de cada uno.
Los vinos jóvenes no muestran la complejidad de los aromas terciarios típicos de la crianza en barrica, pero por el contrario tienden a expresar el terruño de una forma mucho más nítida, permitiendo apreciar mejor las diferencias entre distintos tipos de suelos